Este palacio donde veraneó Alfonso XIII es ahora un Parador casi desconocido, rodeado de montañas
Es el lugar perfecto para una desconexión en la montaña, pero muy cerca del Cantábrico para darse un bañito en el mar.
Una de las características que más gustan a los clientes de Paradores es que los establecimientos suelen ocupar edificios singulares e históricos, como castillos o palacios. Pero pocos con tanto significado para la historia reciente de España como el Parador de Limpias, un municipio cántabro de la comarca del río Asón, situado en un paraje maravilloso, flanqueado por castaños, bosques y verdes montañas y a solo 15 minutos en coche de la playa de Laredo.
El Parador de Limpias se ubica en el Palacio de Eguilor, mandado construir a principios del siglo XX por el entonces conde de Albox con sillería de piedra, impresionantes balcones, cuatro torres y una puerta de acceso que recuerda a la de los castillos medievales. El Parador es el alma de una impresionante finca con un jardín de variadas especies: magnolios, fresnos y cómo no, castaños, salpican un espacio donde es fácil desconectar.
El conde de Albox, Manuel de Eguilor, fue gobernador del Banco de España, ministro de Hacienda y ministro de Instrucción Pública. En su palacio de Limpias veraneó durante muchos años el rey Alfonso XIII, que convocaba en sus salas consejos de ministros. Tras ser saqueado en la Guerra Civil, pasó a ser hospital, luego prisión y finalmente fue adquirido por el estado para convertirlo en Parador. La reforma respetó gran parte de la arquitectura original, como la escalera de castaño, la vidriera principal o la chimenea de castaño.
El Parador de Limpias cuenta con muchos atractivos, además de su más de un siglo de historia. Por ejemplo, piscina, pistas de tenis y de pádel y, cómo no, sus habitaciones, en las que se combina el encanto de antaño con el diseño y el mobiliario más moderno. Aunque lo que destaca en ellas es, sin duda, sus idílicas y reparadoras -para el alma- vistas.
Además, el Parador -muy bien comunicado con la autopista A8, que te planta en Santander en 25 minutos y en Bilbao en 35- tiene un restaurante de cocina cántabra que merece la pena probar, llamado, cómo no, Palacio de Eguilor. Especialidades regionales conviven en su carta con platos clásicos de la gastronomía del interior, como el cocido montañés, junto a los mejores pescados y mariscos del Cantábrico.
Qué ver en Limpias y alrededores
Aunque el Parador de Limpias pueda ser un destino en sí mismo, no dejes de ver la preciosa localidad, con una importante tradición marítima puesto que su puerto del Ribero tuvo una incesante actividad comercial entre los siglos XVI y XIX. Recorre sus casas coloniales y de indianos en su casco histórico y no dejes de visitar la iglesia de San Pedro, donde se guarda el Cristo de la Agonía, a quien debe su fama la villa. Al parecer, a partir de 1919, la figura se manifestó con derramamientos de lágrimas sudor y sangre.
Como excursiones desde Limpias, es interesante recorrer paisajes como el Parque Natural de Los Collados del Asón y en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. No lejos están, para los amantes del turismo cultural, las cuevas de Covalanas con sus pinturas rupestres y el yacimiento arqueológico de Mirón.
La situación de Limpias, bien comunicada en carretera, nos permite darnos un baño en la playa de la Salve, el conocido y kilométrico arenal de Laredo, o en la de Berria, en la cercana Santoña. Y si viajas a Santoña, no dejes de probar sus exquisitas anchoas y el bonito: son verdaderos expertos en estas conservas. Ya nos contarás.