Periodista revela detalles tras la DANA: persona desaparecida y críticas a redes

DANA VALENCIA

Maribel Vilaplana, tras almorzar con Mazón durante la DANA, revela la desaparición de un ser querido y critica el impacto dañino de las redes sociales

11 sep 2025 - 15:51

La periodista Maribel Vilaplana, quien almorzó con Carlos Mazón el día de la DANA, fue entrevistada en el diario As el 8 de noviembre, poco después de la DANA.

En la entrevista, Vilaplana reveló que tiene una persona cercana cuyo paradero se desconoce. Además, manifestó su fortaleza, atribuyéndola a su ocupación en la gestión y canalización de ayuda.

La periodista expresó sus dudas sobre las redes sociales y los algoritmos, afirmando que pueden causar mucho daño y ser muy destructivos. Comentó haber sufrido personalmente los ataques en las redes sociales.

Tras once meses de silencio, Maribel Vilaplana, la periodista que almorzó el día de la dana en el restaurante El Ventorro con el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, mientras se inundaba la provincia de Valencia, cambia su versión. En una carta abierta, la informadora ha indicado este viernes que el pasado 29 de octubre abandonó la casa de comidas entre las 18.30 y las 18.45 horas. Una hora más tarde de lo que había reconocido hace diez meses.

Y es que, a través de una fuente autorizada por la informadora, la periodista indicó a EL PAÍS el pasado noviembre que el encuentro con el president, que se celebró en un reservado del restaurante, se desarrolló entre las 15.00 y las 17.45 horas. Y que, durante este periodo, Mazón habló “varias veces” por teléfono con interlocutores que Vilaplana no identificó.

Cuando Vilaplana salió de comer con Mazón, a las 18.45 horas, según su última versión, la catástrofe arreciaba sus peores coletazos. Desde las 16.40 horas, decenas de llamadas alertaron al 112 –el servicio telefónico de atención de emergencias de la Generalitat- del desbordamiento del barranco del Poyo, detonante de la riada, a la altura de los municipios valencianos de Cheste (9.022 habitantes) y Chiva (17.245). Y a partir de las 18.00 rebosaba la rambla a su paso por el epicentro de la gota fría, Catarroja (30.142 habitantes), donde la dana se llevó 25 vidas.

Ahora, la periodista ofrece otro relato sobre unos mismos hechos: la comida de la discordia duró casi cuatro horas. Justifica que se marchó de El Ventorro después de que Mazón mantuviera varias conversaciones por teléfono sin mostrar “ninguna inquietud al respecto”. “Esas interrupciones [las del barón popular], sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18.30 y las 18.45 horas. En su momento, en medio de la vorágine con que se desencadenaron los hechos, el desconcierto y la presión vivida, sinceramente no dimensioné [sic] la importancia de ese desfase horario que se hizo público. Sin embargo, con la distancia del tiempo y tras hablarlo con las personas más cercanas, he considerado aclarar también ese punto”, explica.

Sesión de consultoría en el almuerzo

Afirma también que el almuerzo se convirtió en “una sesión de consultoría” donde se abordaron “temas propios de su especialidad”. Y recuerda que el jefe del Consell le ofreció durante el encuentro un cargo en la televisión pública valenciana À Punt. “Acudí a esa cita a petición del presidente, con el objetivo de explorar posibles vías de colaboración profesional”, sostiene.

Tras salir de El Ventorro, Vilaplana “no era consciente” de la magnitud de la tragedia. “En la ciudad no llovía y eso me hizo sentir ajena a la situación”, apunta. Después, se fue a su casa y, tras advertir de la gravedad de la tromba, llamó a Mazón. “En esa conversación le trasladé mi angustia y también le pedí, de forma muy clara, que, por favor, mi nombre no saliera. Le expliqué que me parecía profundamente injusto quedar vinculada a un capítulo tan doloroso cuando no había tenido absolutamente nada que ver. Ese fue mi error, porque ese silencio, aunque bienintencionado, alimentó la especulación y, cuando finalmente se supo, desembocó en un acoso brutal”.

Ingreso en el hospital y ‘shock’

Los dos días posteriores al almuerzo se convirtieron en “una pesadilla”. “Entré en un shock que me llevó a un ingreso hospitalario”, añade Vilaplana para describir después su situación como “extremadamente grave”.

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