4 proyectos de arte urbano que han cambiado el destino de comunidades desfavorecidas
A menudo considerado como vandalismo, el arte urbano puede tener un gran poder a la hora de transformar comunidades vulnerables en las que existe violencia y marginalidad.
El rechazo hacia los grafitis es algo bastante extendido. Fachadas con inscripciones ilegibles, señales de tráfico marcadas con spray, mobiliario público estropeado… ¿Pero qué ocurre cuando este tipo de arte se orienta de la forma adecuada? Pues que no solo recibe una gran aceptación por parte del público, sino que también puede tener un efecto transformador en las comunidades donde se encuentra.
Lo cierto es que a las personas les suele gustar el arte callejero cuando este realmente muestra una expresión artística, es decir, cuando no se hace como acto vandálico. Prueba de ello es el gran turismo que reciben ciudades como Valparaíso (Chile), considerada como una galería al aire libre.
Pero más allá de lo estético, hay muchos ejemplos de proyectos de arte urbano que han cambiado por completo el destino de las comunidades donde se encuentran, haciendo que lugares marginales y con jóvenes sin futuro recuperen la paz y el sentido de pertenencia. En este artículo os mostramos algunos ejemplos de cómo el potencial transformador del arte es algo completamente real si se sabe orientar de la manera adecuada.
Medellín, una ciudad que ha renacido de sus cenizas
En el pasado, Medellín fue una ciudad marcada por la delincuencia y el narcotráfico, pero a día de hoy es un lugar completamente nuevo. Concretamente, la conocida como Comuna 13 era una de las zonas más peligrosas; hoy ya no ocurre lo mismo.
Actualmente, la Comuna 13 es un museo al aire libre lleno de arte callejero donde miles de turistas se unen todos los días al tour del grafiti, generando empleo a la comunidad. La Comuna 13 es ya todo un reclamo turístico para la ciudad de Medellín que, gracias al arte impulsado por el estado y por la comunidad, ha conseguido dejar atrás su atroz pasado.
Los jóvenes ahora tienen una perspectiva real de encontrar trabajo (pues hay más de 100 guías) y, aunque no todo es perfecto en Medellín y queda mucho trabajo por hacer, sin duda es una ciudad mucho mejor que hace 20 años, en parte gracias al arte urbano.
Bushwick, el barrio de Nueva York lleno de arte urbano
En poco menos de una década, el barrio conflictivo de Bushwick (situado en el distrito de Brooklyn) cambió completamente gracias al arte urbano, llegando a ser incluso uno de los sitios de moda de la ciudad.
Todo empezó cuando uno de sus vecinos, Joseph Ficalora, cansado de ver violencia y marginalidad en su barrio de toda la vida, decidió escribir a artistas de todo el mundo para que vinieran a pintar las calles.
Los propietarios de los inmuebles de la zona estuvieron de acuerdo en todo momento y hoy el barrio se ha convertido en un punto de referencia cultural, llegando a ser considerado como el distrito del arte callejero de Nueva York.
Favelas de Río de Janeiro, las zonas más pobres se tiñen de color
No todas las favelas de Río de Janeiro siguen siendo peligrosas, pero muchas sí. Pero lo que está claro es que son las zonas más pobres de la ciudad brasileña. Jeroen Koolhaas y Dre Urhahn, los fundadores de Favela Painting, tenían claro que querían ayudar a darle una cara más amable y humana.
Con esa idea en mente, empezaron a pintar las casas de aquellas personas que querían en la favela Vila Cruzeiro, una de las más peligrosas. Gracias a su éxito, luego pintaron muros de hormigón como si fuera un río de estilo japonés. Y, de nuevo, triunfó.
A día de hoy siguen el proyecto de forma autogestionada por la gente local y con el apoyo de United Painting Foundation.
Los propietarios de las casas pueden elegir los colores con los que les pintan la fachada y los jóvenes del vecindario son capacitados por los miembros del equipo y contratados como aprendices.
Favelas de Río de Janeiro, las zonas más pobres se tiñen de color
No todas las favelas de Río de Janeiro siguen siendo peligrosas, pero muchas sí. Pero lo que está claro es que son las zonas más pobres de la ciudad brasileña. Jeroen Koolhaas y Dre Urhahn, los fundadores de Favela Painting, tenían claro que querían ayudar a darle una cara más amable y humana.
Con esa idea en mente, empezaron a pintar las casas de aquellas personas que querían en la favela Vila Cruzeiro, una de las más peligrosas. Gracias a su éxito, luego pintaron muros de hormigón como si fuera un río de estilo japonés. Y, de nuevo, triunfó.
A día de hoy siguen el proyecto de forma autogestionada por la gente local y con el apoyo de United Painting Foundation.
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